Las
rabietas son comportamientos o arrebatos emocionales desagradables
que se presentan con frecuencia en respuesta a deseos o necesidades
insatisfechas. Las rabietas tienen mayor probabilidad de presentarse
en niños pequeños o en personas que no pueden expresar sus
necesidades o controlar sus emociones cuando cuándo están
frustradas.
PAUTAS
DE ACTUACIÓN
- Apartarse. Si el niño está seguro en la habitación, lo mejor es dejarle solo hasta que se le pase, si no fuera posible, porque la rabieta sucede en un lugar público o con más gente en la habitación, seguir haciendo o hablando de otra cosa, como si no estuviera pasando nada.
- No hacerle caso en nada, ni con la mirada, para evitar que la rabieta se prolongue.
- Según vaya disminuyendo la intensidad de la rabieta, decirle que cuando se le pase, se podrá reanudar lo que se estaba haciendo.
- Cuando se le pase la rabieta, hay que recibirlo con todo el cariño, como si no hubiese pasado nada, y no sacar más el tema, ya que el niño habrá aprendido que ese no es el camino para conseguir lo que quiere.
ADEMAS DE ESTO, DEBEMOS
SABER QUE…
- No atender una rabieta no consiste en rechazar al niño. Consiste en retirar la atención ante la rabieta para fomentar un comportamiento adecuado.
- Debemos saber que cuando empecemos a no atender las rabietas, la conducta en lugar de disminuir va a aumentar, lo cual es totalmente normal, ya que el niño no está acostumbrado a recibir estas nuevas respuestas por parte del adulto.
- Las rabietas disminuirán más rápidamente si tendemos las demandas correctas.
- Las rabietas, ocasionalmente, vuelven a aparecer. Debemos actuar entonces como teníamos prefijado. Con el paso del tiempo aparecen cada vez menos.
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