El
duelo es un estado de pensamiento, sentimiento y actitud que se
produce como consecuencia de la pérdida de una persona o cosa amada
y que se asocia a síntomas físicos y emocionales.
PAUTAS
DE ACTUACIÓN
- Ser completamente honestos con el niño: no apartarle de la realidad que se está viviendo con el pretexto de ahorrarle sufrimiento. Porque incluso los niños más pequeños, se dan cuenta de que algo pasa y les afecta.
- Permitir que el niño participe en los ritos funerarios: animar al niño a participar en el velatorio, funeral, entierro…ya que tomar parte de estos actos puede ayudarle a comprender qué es la muerte y a iniciar mejor el proceso de duelo.
- Es conveniente explicarle con antelación que verá, que escuchará, y el porqué de estos ritos.
- Animarle a expresar lo que siente: aunque no siempre lo expresen, los niños viven emociones intensas tras la pérdida de una persona amada. Si perciben que estos sentimientos (rabia, miedo, tristeza) son aceptados por su familia, los expresarán más fácilmente, y esto les ayudará a vivir de manera más adecuada la pérdida. Frases como: “no llores”, “no estés triste”…pueden cortar la libre expresión de emociones e impiden que el niño se desahogue.
- Mantenerse física y emocionalmente cerca del niño: abrazarlo, escucharlo, llorar con él…asegurarle que vamos a seguir queriendo a la persona fallecida y que nunca la olvidaremos.
- También puede ser adecuado buscar momentos para estar separados: como dejarle en su habitación, siempre haciéndole saber que estaremos ahí si nos necesita.
- Estar atentos a la aparición de algunos signos de alerta:
*Llorar
en exceso durante periodos prolongados.
*Rabietas
frecuentes.
*Frecuentes
pesadillas.
*Miedo
de quedarse solo.
*Pérdida
de apetito.
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